sábado, 29 de noviembre de 2008

“ La muchacha con el pendiente de perla “

Fijaros detenidamente: sobre un fondo neutral, oscuro, con tendencia al negro, la muchacha de perfil mira hacia el espectador. La boca está ligeramente abierta, un signo de que la persona habla al espectador, superando así el límite del cuadro. La cabeza está ligeramente inclinada, despertando la sensación de que la muchacha está perdida en pensamientos soñadores; y, sin embargo, fija la mirada atenta en el espectador. Viste una chaqueta marrón amarillenta contra la que destaca el luminoso blanco del cuello de la blusa. El siguiente contraste lo tenemos en el turbante azul, de cuyo extremo cae, a modo de velo, un paño amarillo limón sobre los hombros. El tocado de la muchacha resulta exótico. Los turbantes en Europa ejercían una gran fascinación ya en el siglo XV.

En el cuadro de Vermeer destaca especialmente la gran perla en forma de gota que cuelga de la oreja de la muchacha. Según el místico Francisco de Sales: “Pienso que esta joya significa en sentido espiritual que la oreja es la primera parte que un hombre quiere tener de su mujer y que la mujer debe conservar más fielmente”. Así pues, está bien claro que la perla constituye un símbolo de castidad y por tanto alude a la posibilidad de que el cuadro pudo haber sido pintado con motivo de la boda de esta joven.

A partir de este cuadro se ha realizado una pelicula y un libro